
En mayo del 2024 realizamos el primer plenario de juventudes de la patria es el otro. Más de 20 organizaciones conformamos lo que es hoy el Fte de Juventudes. Fue una jornada de formación y mística.
Contexto
Los tiempos que corren están signados por un neoliberalismo salvaje. Las recetas propuestas como novedosas ya fueron aplicadas en nuestro país. La financiarización de la economía y el fin del modelo de industrialización fue iniciado en la dictadura cívico-militar de 1976, profundizado durante el período menemista y durante el gobierno de Mauricio Macri. Todas y cada una de ellas, con el fracaso como resultado y un saldo de pérdida del patrimonio nacional, crecimiento de los niveles de endeudamiento externo y empeoramiento de los índices de pobreza, indigencia y desempleo.
Actualmente nos encontramos ante lo que podría determinarse como el cuarto período neoliberal argentino. A cinco meses de gobierno percibimos no sólo un proceso de empobrecimiento de nuestro pueblo, sino que se ponen en disputa los procesos sociales, ideológicos y culturales que se daban por adquiridos. Asistimos a un tiempo donde el funcionamiento y la capacidad del Estado son puestos en cuestionamiento. Las ideas del sálvese quien pueda, el individualismo como aislamiento de la realidad, de la meritocracia sin garantizar la igualdad de oportunidades, e incluso la idea de que es necesario sufrir para vivir en un país con posibilidades de desarrollo, y esa “luz al final del túnel” que como horizonte se corre cada vez que nos acercamos son monedas corrientes que se difunden en el cuerpo social.
Estas ideas individualistas inhiben la capacidad de las personas de pensar en el otro y de planificar a largo plazo. Se busca así encasillar a todo aquel que piense distinto bajo la categoría de colectivismo o comunismo. Vale entonces recordar que es el mismo Perón quien nos decía que “Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo pueda realizarse y realizarla simultáneamente” (J. D. Perón, La Comunidad Organizada). Ya pasaron 75 años del discurso en el que Perón nos planteaba una opción que lograra una armonía entre el colectivismo asfixiante y atomizador y el individualismo amoral y egoísta: retomarla es central para no caer en la falsa dicotomía planteada por Javier Milei.
Este contexto de desazón no hace otra cosa que agravar situaciones que atraviesan en su vida cotidiana miles de jóvenes a lo largo y ancho de nuestra Patria. La dificultad para conseguir un trabajo que permita planificar el futuro y ordenar la vida; las complicaciones para estudiar, con la eliminación de las políticas de acompañamiento tales como las becas PROGRESAR y el desfinanciamiento a la educación por parte del gobierno nacional; la problemática habitacional y las dificultades para acceder a la vivienda; los problemas de salud mental acrecentados por el contexto de encierro en la pandemia, como ansiedad y depresión, son algunas de las áreas que hoy afectan la vida de los pibes y pibas y de las cuales el Estado nacional ha decidido correrse. Lo que hoy suena a privilegio el peronismo lo supo consagrar como derecho adquirido, y es nuestra responsabilidad volver a vivir en un país con justicia social.
No todo es oscuridad y desesperanza
Somos un pueblo con conciencia y organización, que se ha expresado en las calles el 24 de enero con el Paro General convocado por las centrales obreras, el 8 de marzo junto al movimiento de mujeres y disidencias, el 24 de marzo en defensa de la Democracia, el 23 de abril en defensa de la educación pública, y nuevamente el 1° de Mayo en el día del trabajador.
Tenemos un gobierno en la Provincia de Buenos Aires que día a día construye herramientas para intentar hacer frente al desguace neoliberal, con el Gobernador Axel Kicillof al frente de esa batalla, que no se limita a la gestión ni se encierra en la Provincia, si no que ha decidido hacerle frente al gobierno nacional, nos convoca a la pelea, y fue revalidado en su lugar por amplísimo apoyo popular.
Este esfuerzo que ya lleva cuatro años, es la canalización de la esperanza de un pueblo que anhela que las cosas puedan hacerse de una forma distinta. Respaldar esta gestión es un imperativo de la hora que nos toca: sólo en materia de políticas juveniles, el Servicio Alimentario Escolar y el Módulo Extraordinario para la Soberanía Alimentaria, la Cuenta DNI, el Boleto Estudiantil, el programa Conectar Igualdad Bonaerense, los Viajes de Fin de Curso, el programa Envión, son algunas de las políticas que buscan acompañar a las trayectorias de vida de los pibes y pibas de la Provincia a pesar de la quita de fondos por parte del Estado Nacional.
El rol de la juventud en una etapa de liberalismo salvaje
La soberanía de nuestro pueblo está en crisis, la juventud como conjunto y en unidad puede luchar con el cuerpo, la cabeza, el corazón en defensa de nuestros recursos. Es necesaria una forma superadora de construir política. Podemos pensar en varios factores a mejorar y poner sobre la mesa las formas -que a esta altura- tenemos la responsabilidad de transformar. La sociedad lo está pidiendo, dejamos de hablarles como movimiento: existe una crisis de representatividad de la cual nuestra fuerza política no está exenta. Un punto de partida para construir lo que viene tiene que ver con hacernos cargo de forma colectiva de que durante el último gobierno nacional no estuvimos a la altura de las expectativas que le habíamos generado a nuestro pueblo.
Nuestra juventud forma parte de una generación a la que le tocó vivir en carne propia la movilidad social ascendente, en nuestros hogares, en nuestras familias durante la gloriosa década ganada en los gobiernos de Nestor y Cristina: pudimos en nuestras escuelas comenzar a pensar en clave de la comunidad organizada, empapados de derechos adquiridos; pero también hay jóvenes a los cuales algunos procesos y discusiones le son ajenos o lejanos, y a la que debemos persuadir y enamorar de la política como herramienta colectiva de transformación.
Esa es la tarea que nos toca y que debemos afrontar con la mayor de las responsabilidades, comprendiendo que hoy la militancia comienza por volver a generar esa representación por parte de la política en miles de pibes y pibas a los que la otra alternativa que se les ofrece es el individualismo egoísta. Y debemos hacerlo en cada uno de los territorios en los que nos desenvolvemos: en cada barrio, en cada aula, en cada lugar de trabajo, acompañando a cada organización comunitaria.
El atentado contra Cristina el 1° de septiembre de 2022 fue el punto de mayor expresión de la ruptura de los consensos políticos y sociales desde el retorno de la Democracia. La reconstrucción de dichos consensos es otra tarea de nuestra generación, para la cual será central la discusión acerca de los valores sobre los que se basa nuestra construcción. Nosotras y nosotros creemos en la política y la reivindicamos. En la política como herramienta de transformación social hacia un país libre, justo y soberano y no como fuente de acumulación de poder por el poder mismo. Los jóvenes no estamos enviciados de esas formas egoístas y mercantiles y la organización de los y las pibas es la que nos garantizara que la derrota electoral no sea una derrota política.
El frente de juventud de La Patria es el otro comprende más de 20 organizaciones que entienden la organización y el compañerismo como parte fundamental del proceso de la reconstrucción de nuestro movimiento, ubicando en primer lugar a la Patria, después el movimiento y por último los hombres. En tiempos donde el individualismo prima y se agudiza, lo que pretendemos transmitir es sencillo: la salida es colectiva.
A lo largo de la historia autores y pensadores han advertido de la crisis social que implica la disolución de los lazos sociales. A nosotros la militancia nos ha transmitido ese conocimiento sin necesidad de leerlo académicamente.
El recurso que tenemos que poner en juego es la organización. En nuestros barrios, en nuestras escuelas, en nuestros clubes, en nuestras universidades, en cada lugar de militancia al que pertenezcamos. Debemos estar a la altura del tiempo histórico que nos toca vivir.
Vamos a defender fervientemente el legado que nos dejaron lxs 30.000 compañerxs detenidxs-desaparecidxs. Tenemos que poder levantar bien alto nuestras banderas, las de Perón, Evita, Néstor y Cristina; pero con nuestra propia impronta. La coyuntura a la que asistimos nos obliga a reconfigurar lo aprendido y generar propuestas, iniciativas, planes de acción y de lucha.
Es momento de resistir, pero necesariamente de tomar impulso. Como decía el General Perón refiriéndose a la juventud: lo haremos “con la mística que nos impulsa y la doctrina que nos guía”
Sigamos poniendo el cuerpo por la Patria liberada.
Punta Lara 11 de mayo de 2024