Imagen de Homenaje de la militancia a Rodolfo Walsh en CABA

Las legisladoras porteñas Victoria Montenegro y Berenice Iañez, homenajearon al periodista, escritor y militante.

En la esquina de Avenida San Juan y Avenida Entre Ríos, el mismo lugar donde Rodolfo Walsh fue emboscado y acribillado el 25 de marzo de 1977, se llevó a cabo un emotivo acto homenaje en su honor. Militantes de La Patria es el Otro de la Ciudad de Buenos Aires se hicieron presentes junto a las legisladoras porteñas Victoria Montenegro y Berenice Iañez, para recordar su lucha, su legado y su ejemplo de compromiso inquebrantable con el pueblo.

El acto incluyó la restauración del mosaico que recuerda la figura del periodista, escritor y militante, asegurando que su memoria siga viva entre las nuevas generaciones. La jornada contó con la participación de vecinos, militantes y referentes de organismos de derechos humanos y de organizaciones sindicales, quienes valoraron la importancia de seguir defendiendo los ideales por los que Walsh luchó y entregó su vida.

\"Rodolfo Walsh es un ejemplo de compromiso y lucha. Su legado nos convoca a seguir denunciando las injusticias y a mantener viva la memoria de quienes dieron su vida por un país más justo\", expresó Victoria Montenegro. En tanto, Berenice Iañez destacó que \"la restauración de este mosaico es un símbolo de resistencia, de memoria y de lucha, para que las nuevas generaciones sepan quién fue Walsh y qué representa su historia\".

Nacido el 9 de enero de 1927 en Río Negro, Walsh es reconocido como pionero en la escritura de novelas testimoniales, destacándose por obras como Operación Masacre, considerada la primera novela de no ficción, y ¿Quién mató a Rosendo?. Pero su compromiso no se limitó a la literatura: fue un militante incansable en la construcción de un mundo más justo y solidario, participando activamente en luchas en Argentina, Cuba y Palestina. Su vida y su obra fueron atravesadas por una constante búsqueda de la verdad y la denuncia de las injusticias, enfrentando a los poderes más oscuros con la única arma que nunca pudieron arrebatarle: su palabra.

En 1959, viajó a Cuba, donde encontró en la revolución un aire renovado. Allí conoció a su compatriota Ernesto Che Guevara y, fiel a su pasión por los acertijos, descifró señales de inteligencia estadounidense que alertaron al gobierno cubano sobre la inminente invasión de Bahía de Cochinos en 1961. Durante su estadía en la isla, trabajó en la agencia de noticias Prensa Latina antes de asumir roles fundamentales en medios como Problemas del Tercer Mundo y el periódico de la Confederación General del Trabajo (CGT), que dirigió entre 1968 y 1970. Desde su labor periodística, Walsh comprendió que la comunicación era una herramienta central para la transformación social y la organización popular.

A medida que se agravaba la represión en Argentina, Walsh profundizó su compromiso con la resistencia contra la dictadura cívico-militar que tomó el poder en 1976 e impuso un régimen de terror basado en la desaparición forzada de personas, la censura y la persecución de militantes. Frente a ese panorama, Walsh decidió responder con la pluma y la acción: redactó la histórica Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar, en la que denunciaba las atrocidades del régimen, las torturas, los secuestros y la miseria planificada a la que estaba siendo sometido el pueblo argentino. Sabía que difundir esa carta significaba su sentencia de muerte, pero no dudó en hacerlo.

El 25 de marzo de 1977, un día después del primer aniversario del golpe de Estado, Walsh dejó copias de su carta en varios buzones de la ciudad. Poco después, mientras se dirigía a una cita con un compañero de Montoneros, fue emboscado y atacado por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Recibió múltiples disparos, fue secuestrado, malherido y trasladado a la ESMA, donde su rastro se perdió para siempre. Desde entonces, integra la lista de los 30.000 desaparecidos por el terrorismo de Estado.

Las palabras de Walsh siguen resonando con fuerza en el presente. Su Carta Abierta es un testimonio imborrable de denuncia y resistencia. Su valentía interpela, sacude y marcan un camino. Como él mismo escribió: \"Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas\" o “ El pueblo no dejó nunca de alzar la bandera de la liberación, la clase obrera no dejó nunca de rebelarse contra la injusticia”. Su historia es la historia del pueblo que lucha. Su historia sigue viva.