
En esta entrevista, la compañera legisladora porteña analizó la situación política en la Ciudad de Buenos Aires, las ausencias de la actual gestión y las propuestas del peronismo para transformar la ciudad. Su visión sobre el rol del MDF y la construcción de un futuro con justicia social.
- Venimos de la elección en la Ciudad de Buenos Aires que arrojan como resultado un debilitamiento del macrismo y reflejan, a su vez, una apatía electoral. ¿Cuál es tu balance en términos territoriales, después de este raid que tuviste que hacer antes de la elección?
En lo que fue la campaña, nosotros le metimos todo, pero entendíamos que en principio teníamos que fortalecer lo que estamos armando como fuerza política, como proyecto de alternativa en la Ciudad de Buenos Aires, y que es el trabajo que venimos haciendo como La Patria es el Otro, en conjunto con Patria y Futuro y con Kilómetro Cero.
La campaña, más allá del resultado electoral, nos tiene que dejar un saldo organizativo. Nosotros íbamos diez en la lista, así que estábamos en una línea muy gris de si entrábamos o no. La militancia que se puso fue mucha y a los compañeros y compañeras, que se pusieron al hombro esta campaña, nos quedó el saldo organizativo de cruzar a los compañeros en las comunas, meternos bien en los conflictos que había, empezar a trabajar en conjunto y sobre todo con una metodología diferente.
Lo que se está buscando es construir efectivamente un programa político que nos dé la posibilidad de volver a poner de pie a nuestra patria, pero también logrando una metodología diferente. No solamente desde la búsqueda de construir un movimiento, sino también de cómo interpelar a nuestro pueblo, de cómo organizarnos internamente, de cuál es la agenda que tenemos, de cuáles son nuestras prioridades y en función de eso volver a poner a la militancia y a la política, no solamente como una herramienta de transformación, sino también como una vocación de servicio.
Eso es lo que impacta también esa noción que es filosófica, que es moral y ética e impacta en la metodología de trabajo. Creo que después de Milei presidente, de ese cachetazo que recibimos todos, hay muchas cuestiones a modificar. No solamente la agenda que se trabaja, que tiene que ser obviamente poniendo el oído en nuestro pueblo y teniendo como prioridad siempre la felicidad y las mejoras de nuestro pueblo, también tiene que ser a partir de una metodología inclusiva, que no sea sectaria. Hemos logrado fortalecer nuestra construcción territorial, ampliar y convocar a compañeros que estaban en sus casas, angustiados, no interpelados por ningún espacio, que los volvimos a traer a la actividad política. Después está el resultado electoral, que obviamente lo festejamos porque fue un logro colectivo.
- ¿Y en cuanto a la baja participación?
Es un dato que tendría que tener en cuenta todo el arco político. En las elecciones que hubo en otras provincias y, puntualmente en la Ciudad de Buenos Aires, hay una constante y es la baja participación. Eso es muy funcional a la derecha, a lo que tiene en su intención el gobierno nacional con Javier Milei a la cabeza. No pueden volver al voto calificado, pero sí quieren hacer un voto optativo de hecho, generado por el desinterés y por la apatía, que es producto de la política. Y en eso no podemos echarle la culpa a otro, porque es algo que atraviesa todo el sistema político y fundamentalmente a la democracia. Tendría que ser de todo el arco político que tiene un fuerte compromiso con la democracia.
Después, en términos electorales de lo que fue nuestra fuerza política, Es ahora Buenos Aires, que encabezó Leandro Santoro, la verdad que fue positivo para nosotros, porque ganamos en muchísimas comunas que hace tiempo no ganábamos. Nosotros estábamos disputando ocho legisladores y logramos meter diez. Obviamente que nos quedó el sabor amargo de no haber podido ganarla. Hubo un reacomodamiento del voto de derecha en la Ciudad de Buenos Aires, un voto que migró. Milei, en las elecciones presidenciales, había estado bien y bastante bien en la zona sur de la ciudad, pero con muy poco acompañamiento en el centro de la ciudad y zona norte.
Nosotros vimos una migración de los votos del PRO. El macrismo se está apagando y se lo están fagocitando los libertarios también. Hubo una migración importante del voto del PRO a Milei. Creo que eso lo van a ir consolidando, creo que es la estrategia libertaria. Y creo que nuestra fuerza tiene que tomar cartas en el asunto y tiene que pensar la construcción política en ese escenario, porque enojarse con la realidad no sirve para nada. Hoy La Libertad Avanza ganó en la ciudad de Buenos Aires con un macrismo que, después de 16 años de gestión, tuvo un 15% de los votos de un padrón en el que votó un 60 y pico por ciento.
Es un peligro porque en la ciudad de Buenos Aires están parte de los mejores hospitales que tiene nuestro país en términos incluso de la región, están las universidades más reconocidas de sudamérica, pero también en el mundo. Hay un valor de lo público, más allá de estos 16 años de gestión macrista, una conciencia en la ciudadanía porteña que, con un gobierno libertario, ya estaríamos terminando con los últimos vestigios que nos quedan de un Estado de bienestar en la Ciudad de Buenos Aires.
- ¿Cómo evitamos eso que justamente planteas, que no crezcan estos candidatos de ultraderecha? ¿Cómo frenamos eso?
Hay una parte que es propia del PRO, que es cuánta inteligencia van a tener para abordar estos dos años. Una cuestión de inteligencia de ellos y de supervivencia. Creo que hoy, por ejemplo, que votamos la gratuidad del subte para los jubilados y que el único bloque que quedó por fuera de eso fueron los libertarios, creo que es ese camino. Porque la ciudad cuenta con presupuesto, puede usar el mismo paraguas y el mismo escudo que construye nuestro gobernador Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires para defender a los bonaerenses frente al vaciamiento y al desfinanciamiento que del gobierno nacional. En la ciudad me parece que podría ser un buen camino que imitaran un poco a nuestro gobernador. Y de nuestra fuerza, es con una agenda inteligente, en ocupar un lugar de oposición con muchísima más responsabilidad, porque a partir del 10 de diciembre vamos a tener el bloque más grande en la Legislatura. Somos veinte diputados y diputadas. El tema es dónde nos paramos, cómo manejamos esa responsabilidad que nos dio el electorado de la ciudad en cuanto a ser la primera fuerza de la oposición.
Es salir un poco de las agendas endogámicas propias de la política, que nada tienen que ver con los quilombos que tiene hoy nuestro pueblo. Más allá de que uno pueda atarlos a cuestiones más generales, hoy la gente la está pasando muy mal y en todos los planos. En la Ciudad de Buenos Aires tenés una crisis habitacional, la población de la ciudad en las últimas cuatro décadas, cinco décadas no ha crecido, está fija, plantada, pero sin embargo crece, por ejemplo, la población que vive en las villas de la Ciudad de Buenos Aires.
En términos de alquileres, tiene que poder tener una propia ley de regulación de los alquileres. La ciudad cuenta con una gran cantidad de inquilinos. En términos de vivienda tenemos que saber que estamos parados dentro de una crisis habitacional donde no hay urbanización de las villas, donde no hay regulación de los alquileres, donde la ciudad no cuenta con un parque propio de la vivienda para poder no solamente tener políticas para los sectores más vulnerables, que son los adultos mayores y los jóvenes. No tiene un parque público que incluso pueda impactar en el mercado inmobiliario en cuanto a la regulación de hecho de los alquileres. No tiene una política destinada a las viviendas ociosas.
- ¿Esta medida hoy a la clase media le podría impactar?
Sí, por supuesto. Por eso nosotros también estamos planteando un parque público para la vivienda en la ciudad de Buenos Aires. La ciudad de Buenos Aires hace años que viene impulsando y que viene beneficiando a los sectores inmobiliarios y de construcción. Eso nos arrojó una cantidad de edificios bestiales que nadie puede pagar porque los alquileres en esos edificios son de cinco mil o seis mil dólares mensuales. Entonces, son viviendas ociosas pero que si se las pusieran en el mercado de vivienda tampoco nadie podría acceder.
También hay una cantidad de terrenos en que se podría trabajarlos para vivienda pública y hay mucho, mucho mal hecho acá en la Ciudad. Ni hablar de cuando se subastan las propiedades y las compra algún chanta. Hay leyes en las que podemos trabajar para que estas cosas no pasen, para que no se puedan subastar propiedades ocupadas por familias, por ejemplo.
Después tenemos que tener la definición política y la decisión política de suspender los desalojos en la Ciudad de Buenos Aires. Tenés notificadas 1100 y pico de familias por desalojos en la ciudad y nosotros contamos con una ley de la ciudad que protege a las personas que están en situación de calle, pero también a quienes están en riesgo de calle.
Dentro de lo más vulnerado, tenés a la gente que cobra el subsidio habitacional, que son 10.600 familias, poco más de 4.500 que lo tienen judicializado, eso quiere decir que para hacerlo efectivo lo tuvimos que judicializar, o sea, es una política burocratizada y de difícil acceso. Después están las 1100 familias que están notificadas de desalojo y todas las familias que hoy en la Ciudad de Buenos Aires viven en un hotel familiar. Hay algunos hoteles familiares que funcionan en pésimas condiciones. No sé quién los controla, no sé cómo se habilitan esos espacios y realmente se viven situaciones muy complejas dentro de los hoteles familiares.
Hoy tenés un universo de sectores medios, más bajos, que como no tienen ingresos comprobables y están en una situación de mayor vulnerabilidad económica, se vuelcan al alquiler de un hotel. Los adultos mayores y jóvenes tampoco pueden costear su vivienda. Respecto a las urbanizaciones, todas las villas de la Ciudad de Buenos Aires tienen un riesgo eléctrico. La gente se puede morir si llueve, se puede morir cualquiera. Pasan un montón de cuestiones y lo sabemos. Se incendian las casas y la ciudad no tiene ninguna política de protocolo de incendio en villas. No tenés las cuestiones de los tendidos de cloacas y de caños, que los ponen siempre mal. Y hay obviamente problemas de inundaciones y demás, la gente hace sus necesidades en un balde. Entonces, el problema de la vivienda en la ciudad de Buenos Aires es un tema que afecta a sectores populares, a sectores medios, a sectores medio empobrecidos y a sectores medios que todavía están tratando de mantenerse.
Yo creo que para gobernar hay que amar al pueblo que se gobierna, si no la cosa no va a caminar, si no no se camina bien y eso se ve. Y ese desamor se ve, después se materializa en crueldad, después se materializa en represión y en persecución. Hay que pensar que el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires comparaba la gente que estaba en situación de calle, con basura.
- ¿El censo popular de personas en situación de calle que acaban de realizar, después de cuántos años se hizo?
El último fue en 2019. El tercer censo popular de personas en situación de calle lo hicimos ahora, la última semana de junio. ¿Cuántas personas tenemos viviendo en calle en la Ciudad Buenos Aires? Son 11.892.
- ¿Cuántas reconocía el Gobierno de la Ciudad?
- ¿Cuántas reconocía el Gobierno de la Ciudad?
Ciudad estaba con el último número, que fueron cuatro mil y pico, el año pasado. En declaraciones del ministro, había planteado que por las mediciones que ellos hacían, había crecido un 30%. Recontra por abajo, pero eso siempre es una discusión histórica. Nosotros acá tenemos una ley, que es la 3706, la ley de calle, que protege los derechos de las personas que están en situación de calle.
- ¿Qué es y qué significa para la gente que es una legislación que los protege?
Esta ley plantea el derecho al acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, su reinserción laboral y la debida atención en caso de problemas de salud mental y de consumo. Y el derecho a la identidad, porque muchas personas hoy no cuentan con su DNI. Por lo tanto, es importante también que puedan acceder a su Documento Nacional de identidad, porque sabemos que eso es la puerta para ejercer otro tipo de derechos. La no estigmatización, la no persecución, el que no sean víctimas de violencia institucional y no solamente por la Policía de la Ciudad o por los espacios públicos, sino también en los hospitales, por ejemplo, cuando van a atenderse y no se quiere atender a la gente que está en calle.
Que tampoco sean víctimas en cuestiones de derecho penal y códigos, en la resistencia a la autoridad. ¿Por qué? Porque te sacaron la frazada y te defendiste. Eso ya es resistencia a la autoridad. A la segunda vas en cana a una comisaría o una alcaldía.
Las alcaldías y las comisarías en la Ciudad de Buenos Aires tenemos que tener en claro que funcionan prácticamente como lugares clandestinos de detención, porque la gente está hacinada, porque no están garantizadas mínimas condiciones de seguridad y los mínimos derechos que tiene que tener un detenido.
No sabemos qué pasa porque no hay datos oficiales, por eso también fue importante el censo, porque a veces se naturalizan algunas situaciones, entonces nadie se acerca y la sociedad se blinda, esto no lo ve, no lo siente, no lo sensibiliza y con esa gente entonces puede pasar cualquier cosa, se la puede meter por la fuerza en un centro de inclusión, o se la puede llevar la policía del otro lado de la General Paz, como estuvieron haciendo en los últimos tiempos.
- Vemos que hay un vaciamiento a nivel nacional, ¿desde la Ciudad no se toma ninguna medida?
Por parte del gobierno de la Ciudad no se registra esto, está ausente. Y esto no es solamente por parte del oficialismo en la Ciudad, a veces la política no registra las demandas que hay en nuestro pueblo y realmente cuáles son las implicancias de las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.
Estamos en un punto subestimando, porque si vos agarrás el Boletín Oficial todos los días ves que no es que están ajustando en el Estado las cuestiones que funcionaban mal o que estaban duplicadas o que lo convertía en ineficiente. Están dejando sin nada, le están sacando la morfina, a la gente que se está muriendo de cáncer. O sea que, prácticamente, el Estado argentino podría estar abandonando a todo su pueblo.
Por eso te digo, gobiernan odiando al pueblo que gobiernan. Ahí no hay ni una pizca de amor, ni de empatía, ni de reconocimiento, y eso es muy complicado. ¿Cuánto esfuerzo más le van a pedir? Porque había mucha gente que lo acompañaba pensando que había que ajustarse, porque había que acomodar, pero que después iba a estar bien. Pero el esfuerzo siempre lo hacemos los mismos.
No vemos los resultados porque no se está viendo ningún resultado positivo. ¿Y hasta cuándo y con qué plan? ¿A dónde vamos? Porque ya la vivimos esto y después cuesta mucho volver a parar instituciones y lugares estratégicos del Estado.
Respecto a la seguridad en la ciudad de Buenos Aires, las cárceles y las comisarías son un centro clandestino de detención y tenés un problema de que los delitos en la ciudad de Buenos Aires aumentaron muchísimo. Compárenlo con los de la provincia de Buenos Aires, tanto que le gusta a Ciudad comparar con la Provincia, que comparen el índice de estadísticas de delitos menores. Van a ver cómo está mucho peor la ciudad que la provincia de Buenos Aires.
¿Cuándo se le exigió al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la generación de empleo genuino? Porque es mentira que la Ciudad solo es de servicios, la ciudad de Buenos Aires es de una tradición de fábricas, una tradición de talleres muy grande y hoy con todas las transformaciones que tuvo el mundo del trabajo realmente podría generar muchísimos empleos.
No hay políticas activas en cuanto a generar empleo y a acompañar a la pequeña y mediana empresa, a las pymes. Tenemos un presupuesto muy grande que per cápita es mayor que el presupuesto nacional y que el presupuesto de la provincia de Buenos Aires. ¿Y a dónde va la guita? ¿En qué la gastan? Cuando vamos a discutir presupuesto vemos en lo que gastan y vemos cómo baja lo que tiene que ver con la salud, con la educación, con la vivienda y la promoción social, y que efectivamente son áreas que fueron quedando cada vez más estériles en cuanto a la formulación y promoción de políticas públicas.
- ¿Hay registros de que se incrementó la atención en la salud pública debido a la decrepitud que tenemos en la clase media que se está cayendo por todas estas políticas nacionales?
La mayoría está súper demandada por más de la capacidad que pueden trabajar y ofrecer. Los turnos son pocos en comparación a la demanda. Así que yo no te puedo decir cuál es el número que migró de una obra social porque perdió el trabajo o de una prepaga. Lo que sí te puedo decir es que charlando con los distintos hospitales: Pirovano, Santojanni, Fernández, Ramos Mejía, Argerich y con los centros de salud en las villas de la Ciudad de Buenos Aires, nos cuentan que la demanda ha crecido un montón y que los profesionales no dan abasto porque en algunos centros de salud no tenés todos los profesionales.
En materia de salud mental, emergencia completa y de eso no llegamos a tomar dimensión. Cuando fue la pandemia se habló mucho de la salud mental, siempre como una cosa del otro. La verdad es que todos estamos atravesados con situaciones de salud mental, porque el mundo en el que vivimos hoy hace que haya mayores niveles de ansiedad.
La salud mental hoy atraviesa a toda la sociedad. De repente de la pandemia no hablamos más, pero tiene secuelas muy grandes, incluso muchas se manifiestan en términos políticos y no lo vimos eso. Lo único que se pone en agenda es la modificación de la Ley de Salud Mental. Hay que hilar más fino, hay que estar más informado y no dejarse llevar por las agendas mediáticas de sectores que lo único que quieren hacer es retrotraer en derechos.
Hay algunas cosas que seguramente en muchas situaciones del Estado de la Ciudad y la Nación haya que modificar y repensarlas desde un lugar distinto, con la realidad de hoy, con una realidad mundial compleja como en la que estamos hoy. Después hay que hilar finito y ver efectivamente cuál es la propuesta frente a esas cosas: no porque esté de moda ahora nos vamos todos a la derecha y a decir que el Estado es ineficiente. Nosotros gobernamos muchísimos años el Estado argentino y algo que tendríamos que haber atendido y no atendimos fue la precarización en las contrataciones, porque nada funciona bien si sus trabajadores no están bien pagos y en buenas condiciones de trabajo.
- Queremos consultarte por algo muy positivo que te tuvo como protagonista, que es la sanción de una ley de gratuidad del subte para jubilados, ¿cómo fue ese camino?
Nosotros habíamos presentado el proyecto de gratuidad. Después hubo otra presentación de un proyecto de otro bloque de la diputada Graciela Ocaña, y había otro proyecto que era del Consejo Económico y Social con respecto a la gratuidad del subte, el nuestro a la cabecera porque fue el primero que se presentó.
Lo trabajamos en la Comisión de Adultos Mayores, ahí habíamos llegado a un acuerdo, había pasado a la Comisión de Presupuesto, ahí habíamos llegado a un acuerdo que se iba a votar en sesión con un texto a considerar, porque obviamente cuando se acompaña un proyecto y se negocia con los distintos bloques, todo proyecto sufre modificación. Forma parte también del laburo que tenemos que hacer acá y de los consensos a los que tenemos que llegar cada vez que promulgamos una ley.
La sesión estaba planteada como sesión ordinaria, tenía en el temario el tema de la gratuidad del subte. El jefe de Gobierno fue quien bajó la sesión ordinaria. Y ahí pudimos tener la rapidez, como oposición, de animarse un poco más para representar y defender a quienes nos votaron. Hicimos el pedido de sesión especial con otros bloques que estaban de acuerdo, y cuando ellos vieron que llegábamos con los votos, el oficialismo se terminó sumando a la sesión y acompañando el proyecto, votándolo de manera positiva.
Fue en una sesión especial pedida por el bloque nuestro, porque la sesión ordinaria había sido mandada a bajar por Jorge Macri. Después salió a tuitear las novedades. Macanudo, tiene mucha más llegada al jefe de Gobierno que yo, así que yo lo que más quiero es que todos los jubilados y todas las jubiladas sepan que se aprobó esto.
No importa quién lo hizo, importa que ese beneficio se use porque va a ser un alivio. Quien cobre hasta dos y medio de haberes mínimos, va a poder ser beneficiario, todos los días en todos los horarios del subte. Y el trámite para acceder es mucho más fácil que el actual, que es muy reducido, y ahora lo mejoramos un montón. Y la verdad que ahora hay que difundirlo, trabajarlo, pelear para que se reglamente lo más rápido posible. Eso es lo que hay que lograr.
Fue construido con un consenso, y la política tiene que lograr estos consensos, porque esa herida hay que sanarla entre todas las fuerzas políticas. Nosotros, obviamente, a partir de nuestras propuestas y de nuestro programa.
Fue construido con un consenso, y la política tiene que lograr estos consensos, porque esa herida hay que sanarla entre todas las fuerzas políticas. Nosotros, obviamente, a partir de nuestras propuestas y de nuestro programa.
Todos los que hoy ocupamos un lugar de representación debemos trabajar en agendas comunes, escuchando las demandas del pueblo del que formamos parte, poniendo esas cuestiones como prioridad y fundamentalmente a nuestros jubilados.
Son nuestros viejos, nuestros abuelos, y han aportado durante muchísimos años, han laburado y se han roto el lomo y están en un lugar muy cruel en la sociedad. Los que van los miércoles a protestar no protestan por sus jubilaciones, esos ya son jubilados, protestan para que la jubilación la tengamos nosotros.
Es parte de volver también a defender la política y buscar el sentido de la representación. Pero más allá de tener mucha noción de que la gratuidad del subte va a impactar de manera muy positiva, sabemos que para lo que es la situación de los jubilados es una curita, pero es por ese lado, es por ese camino. Me parece que también ahí se abre una posibilidad de exigir a todas las fuerzas políticas el trabajar consensos que tengan que ver con las mejoras de hoy para nuestro pueblo que la está pasando pésimo.
- A nivel nacional, ¿cómo hacemos desde el peronismo para recuperar el diálogo con el pueblo, que está muy dañado?
Creo que lo estamos empezando a hacer. ¿Qué es lo esperanzador en Axel? Que no se corre del objetivo nunca, que no escucha el canto de las sirenas, y sigue trabajando para los bonaerenses. ¿Y qué es lo que precedió esa esperanza? El pueblo que votó, y lo votó con una amplia mayoría. ¿Y por qué? Porque hizo las cosas bien. Entonces yo creo que en quien tiene el compromiso y quien tiene la suerte de representar a nuestro pueblo en funciones del Ejecutivo y ser sus representantes, cuando se trabaja bien, el pueblo lo reconoce y te acompaña.
Entonces yo por eso estoy siempre muy esperanzada, porque soy de las que piensa que el pueblo no se equivoca. A veces tienen sus procesos, a veces está enojado y como cualquiera de nosotros, cuando se enoja se manda cagadas. El pueblo no se equivoca.
Y yo creo que Axel es una demostración cabal de eso: alguien que gobierna bien, para los intereses de los sectores mayoritarios de nuestro pueblo, y plantea la reconstrucción del tejido productivo, la protección de las áreas productivas y el fomento del trabajo. No desampara a la gente y se muestra en todo el Estado: con los caminos, con las rutas, con el servicio de luz, de agua, de transporte, la seguridad.
Es no parar nunca, porque siempre hay algo por hacer. Es como decía Perón, en Argentina siempre está todo por hacerse, y es ahí donde hay que convocarnos. Me parece que esa esperanza hoy la representa Axel, porque fue lo que nos quedó en pie después de la elección que nos trae a Javier Milei como presidente.
Ahí hubo un enojo muy claro de todo el pueblo argentino frente a la política, a los políticos, a los distintos espacios. Pero hubo alguien que salvó el pueblo argentino, dijeron: “todos ustedes una mierda, vamos a votar a este chabón que dice que los va a matar a todos”, pero a uno lo salvaron. ¿Cómo no verlo? Estamos ciegos. O sea, a ese que salvaron se llama Axel Kicillof y lo salvaron votándolo. ¿Por qué? Porque gobernó bien.
Entonces creo que ahí tenemos una recontra ventaja para arrancar a reconstruir un proyecto nacional y volver a poner al peronismo en lo que siempre fue, que fue una fuerza federal, no solamente algo de la Ciudad de Buenos Aires o de la provincia, sino de la Argentina profunda. Eso es parte de nuestra historia, eso está en nuestra genética y hay que recuperarlo porque si no, no hay manera de sacar este país adelante. Y la soberanía nacional es de La Quiaca a las Islas Malvinas. Entonces eso hay que tenerlo muy en claro.
Y Axel también representa este federalismo, cosa que a mí en términos personales me deja muy tranquila porque hablamos quizás de un restaurador del siglo 21. Hay que volver a restaurar y se hace desde la provincia de Buenos Aires, una de las provincias más importantes de nuestro país.
Axel lo planteó en términos de movimiento, vamos con eso. ¿Por qué? Porque hay que ser flexibles, porque hay que convocar a todos los sectores. El Movimiento Derecho al Futuro hoy está compuesto por las organizaciones políticas, las representaciones de los intendentes que es fundamental porque es lo más cercano a la gente, están los movimientos sociales, están expresiones de la cultura, de los derechos humanos y algo fundamental: está el movimiento obrero organizado, volvió el movimiento organizado al centro de la construcción política del peronismo. No se puede ser tan gorila de tenerlo afuera. Está la CGT, están las dos CTA y me parece que ahí está la clave.
Nosotros como peronistas entendemos que el trabajador en nuestro proyecto político tiene un lugar central, como así también está acompañado por los sectores productivos. Entonces ahí está la clave: creo que cuando saldemos las cuestiones que no tenemos saldadas nosotros en la política interna, pero que el pueblo argentino ya las saldó, ya sabe qué va a hacer en el 2027, ya sabe de la esperanza, pero lo tenemos que saldar nosotros porque corremos atrás de la gente como siempre, como lo venimos haciendo los últimos años.
Vamos a poder poner a la Argentina de pie, porque aparte se sabe qué hacer en cuestiones económicas, se está demostrando en una gestión con una situación súper crítica que es el desfinanciamiento, el no envío de los fondos de coparticipación. Entonces, estamos hablando de que una provincia de la magnitud que la provincia de Buenos Aires se está sosteniendo, a pesar de todas las que les están haciendo el Gobierno nacional con Javier Milei a la cabeza.
Y también de todas las que le hacen todos los que están perdidos y no saben cómo reconstruir algo o se agarran de algún privilegio para seguir sosteniéndolo, en vez de estar pensando en cómo sacamos el país adelante.
A mí me parece que el MDF tiene un montón de potencial. La cuestión de que sea movimientista es lo que necesitamos, que estén representados todos estos sectores es clave, porque para un argentino no hay nada mejor que otro argentino y hay que ir por ahí.
La cuestión de la metodología, en cómo lo armamos, cómo lo construimos, va a ser fundamental porque somos los mismos que en poco tiempo queremos hacer otra cosa. Entonces, la cuestión metodológica es lo que nos va a permitir hacer otra cosa y construir la política de otra manera. Reactualizando lo que siempre planteó el peronismo a la hora de gobernar, que está en nuestras 20 verdades, que está en el “Manual de conducción”, que está en “Modelo Argentino” y que también tiene la experiencia de compañeros que vienen ocupando espacios y que vienen defendiendo nuestros intereses nacionales en las distintas áreas.
Esa combinación es súper potente, y las personas es mentira que están completamente apáticas. Yo lo que me doy cuenta es que también tienen muchas ganas de hablar, muchas ganas de quejarse o de que alguien los escuche. La apatía se refleja, obviamente en la no participación, pero hay que ir a buscar, hay que ser misionero, hay que salir. Yo soy católica y peronista, y creo que el peronismo es un movimiento más grande. Creo también en la Iglesia que camina y que sale. Y esa combinación es excelente y es lo que tenemos que hacer para caminar.
Ya lo hizo Axel, además, en un Clio. Hay que salir a buscar y la gente está esperando que aparezcamos, que nos hagamos cargo, que representemos, que demos la cara, que demos la pelea, que vayamos con alguna propuesta. Hay que dejar de mirar para abajo el ombligo y empezar a hablarle a la gente.