Berisso, el epicentro del peronismo, fue el escenario de una masiva movilización para conmemorar la histórica gesta del 17 de octubre de 1945, un hito que marcó el nacimiento del movimiento político más importante de la historia argentina. Más de 30.000 personas se reunieron para recordar aquel 17 de octubre, cuando el pueblo salió a las calles para liberar a su líder, Juan Domingo Perón, y dar inicio a un movimiento que transformaría profundamente los destinos del país.

El acto estuvo encabezado por Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y principal referente de la oposición al gobierno de Javier Milei. La convocatoria no solo fue un homenaje a la memoria histórica, sino también una oportunidad para reafirmar los valores del peronismo en tiempos difíciles, donde la unidad y la lealtad al pueblo se convierten en una necesidad urgente. Tal como expresó Kicillof: “Estamos acá para seguir escribiendo la historia del peronismo. No vinimos solo para recordar el pasado, estamos acá para escribir el futuro y convocar a todos y todas a organizar la solidaridad y construir el futuro guiados por nuestras tres banderas.”

Desde temprano, las columnas de militantes de La Patria es el Otro coparon el lugar del acto, con sus banderas bien en alto. También estuvieron presentes una multiplicidad de sindicatos, organizaciones sociales y políticas, trabajadores, estudiantes, centros de jubilados, clubes de barrio y otras organizaciones. Los y las militantes, que se desplazaron desde distintos puntos de la provincia y del país, dejaron en claro que la unidad y la organización popular son las únicas herramientas para resistir y revertir las políticas que atentan contra la soberanía y los derechos conquistados. “La lealtad es con el pueblo” y “La Patria no se vende” fueron las consignas principales, en un claro mensaje de rechazo a las políticas de ajuste y subordinación a los intereses externos impulsadas por el gobierno de Milei.

En ese sentido, y en un emotivo discurso, Kicillof dejó en claro su rechazo a las políticas neoliberales del actual gobierno. “La única pelea que me interesa es la pelea contra las políticas de Milei”, señaló, en medio de una ovación de las columnas militantes. En otro pasaje, afirmó: “La libertad avanza si va de la mano de la igualdad y la justicia social, sin justicia social sólo avanza la libertad de los ricos.”

Kicillof también recordó el papel crucial que Berisso tuvo en la historia del peronismo, subrayando que “aquí, en este rincón de la provincia, comenzó todo”. El recuerdo de los trabajadores que hace casi ocho décadas marcharon desde esta ciudad industrial hacia Plaza de Mayo para exigir la liberación de Perón se mantuvo vivo durante todo el acto. Con ese mismo espíritu de compromiso militante y lealtad, miles de compañeros y compañeras volvieron a marchar hacia Berisso este 17 de octubre para reafirmar la vigencia de los principios del movimiento que sigue defendiendo a los sectores más vulnerables y luchando por una Argentina con justicia social, independencia económica y soberanía política.

También resonó una de las frases más significativas de J.W. Cooke, quien definió al peronismo como “el hecho maldito del país burgués”, haciendo referencia al carácter disruptivo del movimiento, que sigue siendo una fuerza transformadora y resiste los embates de las élites dominantes.

En tiempos en los que la derecha intenta deslegitimar la historia y los valores del peronismo, este encuentro en Berisso fue un llamado a la resistencia y a la organización. “A la derecha le conviene nuestra división, nuestra fragmentación. Mi opinión es muy sencilla: unidad, unidad y unidad. Tenemos que construir una nueva esperanza colectiva”, expresó Kicillof en su cierre, en medio de los aplausos de una multitud emocionada.

“¡Viva Perón, carajo!” fueron las palabras con las que el gobernador concluyó su discurso, que resonaron como un grito de esperanza y compromiso para los miles de militantes que se dieron cita en Berisso. Así, entre cantos y banderas, con el eco de la marcha peronista llenando el aire, el acto finalizó con una promesa que sigue marcando el camino para los tiempos que vienen: ¡Feliz Día de la Lealtad! ¡No vamos a descansar hasta liberar a nuestra patria!


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