En cada rincón de la Plaza y sus alrededores se respiró la certeza de que el pueblo nunca abandonó las calles.
El Movimiento Derecho al Futuro, con el gobernador Axel Kicillof a la cabeza, se manifestó este miércoles en Plaza de Mayo frente al ataque judicial que condena y proscribe a Cristina. Cientos de miles de personas llenaron las calles del centro de la ciudad de Buenos Aires con la convicción de que la condena a la expresidenta no se trata de una cuestión judicial sino de una maniobra política y que no es sólo contra ella: es contra todos y todas los que soñamos y luchamos por una patria libre, justa y soberana.
Por toda América Latina, se repite una práctica muy peligrosa: la utilización del aparato judicial como arma para hostigar y deslegitimar a quienes representan proyectos políticos populares. Esta forma de persecución, impulsada por los sectores del poder económico concentrado, busca frenar las luchas de los pueblos por justicia e igualdad.
Por toda América Latina, se repite una práctica muy peligrosa: la utilización del aparato judicial como arma para hostigar y deslegitimar a quienes representan proyectos políticos populares. Esta forma de persecución, impulsada por los sectores del poder económico concentrado, busca frenar las luchas de los pueblos por justicia e igualdad.
El grito fue unánime: “Argentina con Cristina: vienen por ella, vamos con ella”. Pero también se escuchó con fuerza que no alcanza sólo con resistir. Decenas de miles de militantes, trabajadores, estudiantes, dirigentes políticos y sociales confluyeron con una idea clara: hay que organizarse para defender la democracia, la justicia social y el derecho colectivo a imaginar otro destino para la Argentina. Esta idea se repitió en cada cartel, en cada canción y en cada mate que pasaba de mano en mano: si el pueblo no se organiza, nos arrebatan hasta los sueños. Por eso, volvimos a decirlo con todas las letras: nos organizamos para defender el derecho a soñar con una Argentina justa, soberana y feliz.
La presencia del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, generó una ovación popular y espontánea. Su sola figura reaviva la esperanza de que hay futuro. En su firmeza, muchos vemos una posibilidad real de enfrentar y derrotar al gobierno cruel de Javier Milei, que día tras día ajusta a los más humildes, destruye el Estado y entrega nuestra soberanía.

En cada rincón de la Plaza y sus alrededores se respiró la certeza de que el pueblo nunca abandonó las calles. Porque las calles son territorio de lucha, de memoria y de dignidad. Allí nos encontramos siempre, para bancar a nuestros líderes, para defender nuestros derechos, para decirle al poder que no siga atacando al pueblo. Los que sueñan con ver al país arrodillado ante el FMI y las corporaciones se van a seguir encontrando con el peronismo en cada esquina. Porque el peronismo existe, existió y existirá mientras haya injusticias, un pueblo dispuesto a enfrentarlas y construir una Argentina grande como la que San Martin soñó.
Como canta el Indio “si esta cárcel sigue así, todo preso es político”. Y si esta democracia sigue así, sin justicia real, sin pan ni trabajo, todo el pueblo será perseguido. Pero también seremos, como siempre, protagonistas de la historia. Porque no estamos para lamentar derrotas, estamos para construir futuro.
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